La Ayahuasca no es una droga. Es una Medicina Holística, un agente divino de transformación que nos permite conocer la verdad sin adornos sobre quiénes somos realmente y quiénes podemos llegar a ser.

Es una extraordinaria bebida que puede permitir una conexión con las partes más profundas de nuestra psique, proporcionando una ventana al alma que revela nuestra verdadera naturaleza, nuestro auténtico yo superior.

La ayahuasca se trata del trabajo interior; trabajo a nivel del alma. Por esa razón, a menudo se la conoce como la Vid del Alma.

Si bien se sabe que el espíritu de la Ayahuasca tiene componentes masculinos, se considera principalmente un espíritu femenino. Su trabajo podría resumirse como un proceso de restauración de la plenitud del alma para permitir una mejor integración de los mundos físico y espiritual.

A modo de analogía informática:

Trabajar con la Ayahuasca es como desfragmentar el disco duro y actualizar la RAM.

Claro que, en esta comparación metafórica, cabe mencionar que algunas personas requieren más desfragmentación que otras.